Rodrigo Corzo fue asesinado el 28 de Junio del 2003, a la altura del Puente Santa Rosa y el acceso Oeste (Castelar). Iba con su auto, y fue interceptado por un patrullero de la policía bonaerense. Luego de un supuesto enfrentamiento, una bala disparada por el oficial inspector CRISTIAN ALFREDO SOLANA del Comando de Patrullas de Hurlingham, atravesó la tapa del baúl, el asiento del coche y se alojó en la columna vertebral de Rodrigo. El sargento ARIEL HORACIO NUÑEZ, cómplice y testigo presencial, declaró no ver nada, por que sufre de vértigo y cuando subió al puente al mando del móvil policial, cerró los ojos y siguió manejando. Según el oficial Cristian Solana y el sargento Ariel Núñez, una persona que iba con Rodrigo se arrojó del auto al ver el patrullero y fue Rodrigo quien disparó contra los policías. Sin embargo, quedó probado que nunca existió dicho acompañante. Igualmente, los oficiales intentaron simular que hubo un enfrentamiento. Por eso, “plantaron” un arma en el auto de Rodrigo (además de que la familia sabía que el arma no era de él, se lo comprobó con pericias y testigos, y así lo afirman la fiscal y la jueza de garantías del juzgado de Morón) y consiguieron dos testigos "truchos" con el objetivo de avalar su versión. La causa fue presentada en la Fiscalía Nº 7 de Morón, a cargo de la Dra. Bustamante. El 10 de noviembre de 2004, María del Carmen Verdú, abogada de la Correpi, comentaba a Red Eco que se trataba de un caso paradigmático dentro de los que se denominan de gatillo fácil. "Un coche que la policía define en actitud sospechosa, un disparo y la muerte instantánea de Rodrigo. Posteriormente el encubrimiento, la modificación del escenario del crimen para hacer aparecer el enfrentamiento como hipótesis oficial, un par de testigos falsos que fueron absolutamente desenmascarados en la instrucción, y detalles objetivos acreditados pericialmente que determinan que no hubo ningún disparo desde el auto de Rodrigo, que no existió esa presunta segunda persona que, según los policías, se dio a la fuga y que sencillamente apuntaron, dispararon y lo mataron", declaraba Verdú.
El 22 de febrero de 2007, 4 años después, Cristian Alfredo Solana fue condenado a 16 años de prisión. Sin embargo el principal cómplice y encubridor el Sargento Ariel Horacio Núñez, sigue "trabajando" en la comisaria 8° de Las Catonas de Moreno.Este policía dijo durante el juicio que estaba orgulloso de Solana y de sus acciones. Por esto mismo se abrió una nueva causa por falso testimonio y encubrimiento agravado. Además se comprobó mediante pericias psicológicas y psiquiátricas que no sufre de vértigo.
Rodrigo tenía 27 años. Aparte de ser Técnico mecánico y joven, era percusionista de la murga Chinaka Murguera de Morón (una murga muy comprometida con la realidad que vivimos, una murga que nunca dudó en gritar con fuerza el cambio. Un detallito nomás). Chinaka se solidarizó en seguida con la familia, pidiendo justicia en cada presentación. Todos juntos, piden después de 6 años de la muerte de Rodrigo, la encarcelación de Núñez, quien sigue libre y trabajando apaciblemente. Piden justicia por Rodrigo, por Luciano, por Maxi y Darío, por los tantos muertos en manos de la policía. Piden y se organizan. Se organizan para resistir. Resisten para que nunca más muera un solo pibe por culpa de la corrupción.
El 22 de febrero de 2007, 4 años después, Cristian Alfredo Solana fue condenado a 16 años de prisión. Sin embargo el principal cómplice y encubridor el Sargento Ariel Horacio Núñez, sigue "trabajando" en la comisaria 8° de Las Catonas de Moreno.Este policía dijo durante el juicio que estaba orgulloso de Solana y de sus acciones. Por esto mismo se abrió una nueva causa por falso testimonio y encubrimiento agravado. Además se comprobó mediante pericias psicológicas y psiquiátricas que no sufre de vértigo.
Rodrigo tenía 27 años. Aparte de ser Técnico mecánico y joven, era percusionista de la murga Chinaka Murguera de Morón (una murga muy comprometida con la realidad que vivimos, una murga que nunca dudó en gritar con fuerza el cambio. Un detallito nomás). Chinaka se solidarizó en seguida con la familia, pidiendo justicia en cada presentación. Todos juntos, piden después de 6 años de la muerte de Rodrigo, la encarcelación de Núñez, quien sigue libre y trabajando apaciblemente. Piden justicia por Rodrigo, por Luciano, por Maxi y Darío, por los tantos muertos en manos de la policía. Piden y se organizan. Se organizan para resistir. Resisten para que nunca más muera un solo pibe por culpa de la corrupción.